DODONA
Difuntos ojos
me abandonan,
sin elección,
sin remedio.
Sucumben indefensos
Presto, mi rostro
exhibirá dos tumbas,
dos cuencas,
donde yacen,
vividos ojos apagados.
Algún día les seguiré,
nos enterraremos juntos.
Hoy trajeron noticias
de su velorio,
de su muerte
certificada y patente.
Difuntos ojos
me abandonan,
sin elección,
sin remedio.
Sucumben indefensos
Presto, mi rostro
exhibirá dos tumbas,
dos cuencas,
donde yacen,
vividos ojos apagados.
Algún día les seguiré,
nos enterraremos juntos.
Hoy trajeron noticias
de su velorio,
de su muerte
certificada y patente.
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