La voz interna

lunes, 2 de enero de 2017

GARZA BRUJA



GARZA BRUJA





Efrain siempre tuvo una vida ordenada y planificada. estudios básicos de acuerdo a sus capacidades y un trabajo de lunes a sábado con el que llegó a tener su propia casa.  fue así que al llegar a la mediana edad y teniendo en dónde y cómo decidió poner ve en campaña de encontrar una pareja con quien disfrutar sus logros y sus aficiones por la ornitología.
desde muy pequeño, producto de una tradición familiar, gustaba de observar aves. Su padre destinaba para tales efectos, fines de semana, feriados y licencias. Efraín llegó a ser todo lo que aquel padre hubiera deseado.
Efrain veía reflejada su vida, en la de su padre, de tal modo que llegó a tener sus mismos sueños y temores. entre los miedos, el de tener una pareja sin lugar a duda representaba el mayor de todos.


Su afición por los pájaros lo lleve un verano a un pueblo perdido entre las montañas.  en aquel valle detenido en el tiempo lograría más que en todas las expediciones de su vida. Una posada que apenas contaba con tres cuartos fue su refugio del calor y descanso de sus noches.
una mujer entrada en años lo recibió cordialmente y después de abundar en preguntas de rigor y de curiosidad, le entregó una llave,  el control de un ventilador de techo y un juego de sábanas bastante decentes. la mujer de pelo plateado lo condujo con simpatía por los corredores de una improvisada posada que denotaba la falta de huéspedes.
ya verá usted qué encanto de muchacha es mi niña, y tiene su edad. - le dijo a Efraín la señora que parecía buscar un buen partido para su hija.
Efrain agradeció la hospitalidad y entro a un cuarto de ventanas amplias, pequeño pero acogedor. una cama de hierro labrado de una plaza una pequeña mesa de madera antigua y una silla de estilo bizantino con un rojo tapizado. desde la ventana podía ver el valle, un puñado de casas definían todo el pueblo. Efrain contempló en silencio y pudo entender por qué aquella anciana tenía tanto interés en promocionar una hija que efraín no vio sino hasta la mañana siguiente.


la noche lo despertó algunas veces, ruidos de aves nocturnas, un delicado viento que mecía algunas  campanitas apostadas en el dintel de la ventana. entre todos los sonidos pudo su oído entrenado descifrar el canto de una garza nocturna o garza bruja como se les conoce en el chaco. Efraín se sintió emocionado y satisfecho y aunque mal descansado el viaje empezaba a sonar prometedor.


En la mañana recorrió nuevamente el pasillo y una deliciosa muchacha de aspecto trigueño y fresco, sus ojos lo cautivaron de inmediato y su figura estaba fuera de este mundo
Buenos días, tu debes de ser Efrain, soy Maya - dijo la muchacha en un armónico tono de voz tan parecido a el canto de las aves.
hola, soy Efraín- apenas si pudo responder embelesado por la dulzura de la más hermosa mujer que sus ojos hubieran visto
Aquella excursión de Efraín cambiaba rápidamente de propósito, en lugar de buscar un buen lugar para avistar y disfrutar de las bellezas de la naturaleza pasó a ser la obsesión de la belleza natural de una mujer que se le perdía entre las pocas casa o lo sorprendía en corredores. Efraín no tardó en desplegar todo el absurdo arsenal de los hombres enamorados, y perdidamente se dejó cautivar.
Maya también hizo su parte, y más rápido que aprisa se vieron recorriendo el valle de la mano o jugando juegos de enamorados. Efraín se empezaba a olvidar de su vida ordenada y solo se dedicaba a corretear a una muchacha que casi siempre se dejaba alcanzar.
La propuesta fue obvia y poco meditada, en la ladera de la montaña él le propuso que se fuera con el, que vivieran una vida armada en una lejana y ruidosa ciudad. Maya no escucho sus instintos si no su corazón y no tardaron en partir. Berithz la madre anciana de Maya les concedió sus bendiciones. no sin antes tener una larga charla con Maya de la que sólo ellas conocen su contenido y que Efraín no se atrevió a indagar. Maya salió de aquella posada con los ojos empañados pero felices y una pluma de garza trenzada a un collar de hilo azul brillante.


Para Maya la ciudad era sorprendentemente extensa e incomprensible. tan grande que le resultaba pequeña. eso tienen las ciudades un campo enorme intransitable que nos condena a espacios reducidos. aun así Maya disfrutaba de la compañía de Efraín e intentaba seguirle el paso, de pronto los roles cambian y maya era quien  correteaba y Efraín casi siempre se dejaba atrapar.
Para  Efraín todo funcionaba de maravilla experto, que algunas noches lo despertaba el sonido de una garza nocturna, en un primer momento convencido de que se trataba de un sueño ni siquiera terminaba de abrir los ojos y seguía su descanso  como nada. una noche despertó al notar no sólo aquel peculiar sonido, Maya no estaba en la cama.  en su lugar sólo un collar de hilo azul con una pluma trenzada de garza.
Efraín salió de sí, buscó a Maya sin suerte por toda la casa. recorrió las calles cercanas, gritó su nombre en la noche y regreso sin suerte a alimentar unos celos tan grandes que ni siquiera se percató de que Maya entraba volando por la ventana, sus brazos empezaban lentamente a tener dedos en lugar de plumas y su rostro trigueño manchado de hollín y polvo retomava su aspecto habitual y humano. nada de eso lo sacó de su intención de reproche y enfado. grito durante toda la mañana caminó sin parar del cuarto a la sala, la señaló con el dedo le recriminó cosas sin sentido. Efraín salió de la casa cerrando puertas y ventanas corrió por la calle de los cambalaches y regreso con la jaula más grande y pequeña del mundo.


Maya es una garza que ya no canta, del blanco de su pecho sólo quedan grises y mates. sus ojos no son ni la sombra de lo que fueron. Efrain…Efrain es un hombre de vida común y costumbres opacas con un collar azul del que cuelga trenzada una moribunda pluma de garza

Código de registro: 1701230427047

: 23-ene-2017 5:06 UTC
 

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